Benifallim y Rontonar Aceites: Turismo Rural y AOVE en Alicante
Agroturismo en Benifallim: Descubre Rontonar Aceites
El agroturismo Benifallim es una ventana a la esencia rural de Alicante. Este pueblo de la sierra de Alcoy, rodeado de montañas y bancales de olivos, ha convertido su tradición agrícola en una propuesta turística auténtica. Aquí, el ritmo lo marcan las cosechas, el aroma a tomillo y el murmullo de las acequias, ofreciendo una escapada ideal para desconectar y reconectar con la tierra.
Entre sus joyas ocultas destaca la visita Rontonar Aceites, una finca familiar donde el cultivo ecológico del olivo se fusiona con experiencias sensoriales. Desde recorrer las parcelas hasta catar el zumo recién prensado, este lugar invita a vivir el ciclo completo del oro líquido. Pero, ¿qué lo hace tan especial? Te lo contamos con lujo de detalles.
1. La finca: Donde el olivar se convierte en arte
Un paisaje tallado por generaciones
Con más de 12.000 olivos centenarios distribuidos en terrazas de piedra seca, la finca es un ejemplo de agricultura resiliente. Las variedades autóctonas (como la Blanqueta alicantina) se mezclan con picual y arbequina, creando un mosaico de verdes que cambia con las estaciones.
Agricultura ecológica con alma
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Suelos vivos: Abonos verdes de mostaza y veza fijan nitrógeno y atraen polinizadores.
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Manejo del agua: Recuperación de aljibes árabes y riego por goteo con energía solar.
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Certificaciones: Sello CAAE (Agricultura Ecológica) y premio Alimentos de Alicante 2023.
Experiencia inmersiva: De la aceituna a la botella
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Recolección participativa (noviembre-enero): Usa varas tradicionales y redes.
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Prensado en frío: Demostración en un molino de piedra restaurado del siglo XIX.
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Cata comentada: Aprende a distinguir notas de higuera, almendra tostada y pimienta blanca.
2. Alojamiento rural: Dormir entre olivos
Cortijo Rontonar: Historia con comodidades modernas
Una casa de labranza del siglo XVIII rehabilitada con materiales locales (piedra, madera de olivo y yeso tradicional). Sus 6 habitaciones, nombradas con vocablos árabes como Zait (aceite) o Baraka (bendición), combinan mobiliario rústico con techos de vigas vistas.
Detalles que enamoran
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Desayunos con producto kilómetro cero: Pan de horno de leña, mermelada de higos de la finca y AOVE de cosecha propia.
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Bañera exterior con vistas al valle: Ideal para noches estrelladas.
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Biblioteca temática: Libros sobre oleocultura, gastronomía y botánica mediterránea.
Actividades complementarias
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Taller de cosmética natural: Elabora jabones y cremas con aceite y plantas aromáticas de la finca.
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Senderismo guiado: Rutas hasta el Barranc de l’Infern, paraje de rocas calcáreas y cascadas.
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Cenas con chefs invitados: Menús maridados con aceites de la casa y vinos de la DOP Alicante.
3. Impacto local: Turismo que revitaliza un pueblo
Un proyecto familiar con vocación comunitaria
Los propietarios, tercera generación de olivareros, han involucrado a 15 vecinos en el proyecto:
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María, guía turística y experta en historia local.
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José, artesano que fabrica las botellas de cerámica para ediciones especiales.
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Lola, cocinera que dirige talleres de repostería con AOVE.
Benifallim: De pueblo dormido a destino slow
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Aumento del 40% en pernoctaciones desde 2020.
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Tienda de productos locales: Miel de tomillo, almendras tostadas y licor de hierbas.
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Festival del Olivar (marzo): Mercado artesanal, concursos de pintura rápida y teatro rural.
Sostenibilidad como bandera
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Compensación de huella de carbono: Por cada visita, plantan un olivo en terrenos degradados.
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Reciclaje circular: Los huesos de aceituna se usan como combustible para calefacción.
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Formación a jóvenes agricultores: Cursos gratuitos sobre poda ecológica y comercialización digital.
Rontonar Aceites no es solo una finca: es un viaje a la raíz de un territorio que late al compás del olivar. Cada cucharada de su oro líquido contiene siglos de sabiduría campesina, paisajes que quitan el aliento y un compromiso férreo con el futuro rural.
¿Listo para cambiar playas abarrotadas por atardeceres entre bancales? En Benifallim, el agroturismo se vive con los cinco sentidos… y el alma. ¿Reservamos tu cata?

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